Por Nadja Bento, directora de cartera de ciencias biológicas de NürnbergMesse Brasil
El mercado de fragancias se ha destacado desde hace tiempo como uno de los más dinámicos y prometedores del país. Según datos de la Asociación Brasileña de la Industria de Higiene Personal, Perfumería y Cosméticos (ABIHPEC), Brasil tiene la segunda mayor operación en fragancias, productos masculinos y desodorantes del mundo. Y la previsión es un crecimiento del 6,2% hasta 2027.
Sin embargo, a pesar de que el mercado todavía dedica gran parte de su producción a la perfumería, existe un claro y significativo movimiento en la búsqueda de la salud y el bienestar a través de las fragancias, que siempre han estado vinculadas únicamente al placer olfativo.
Desde hace tiempo, estudios vienen señalando los beneficios terapéuticos de los aromas, que ayudan a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y favorecer un mejor sueño, entre otros efectos complementarios sobre nuestra salud.
En 2012, un experimento realizado por estudiantes de varias universidades de Corea del Sur y publicado en la revista Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine mostró los efectos de cuatro fragancias sobre la presión arterial y el sistema nervioso autónomo de participantes prehipertensos e hipertensos: lavanda, ylang-ylang, mejorana y neroli. Las personas que inhalaron estos aceites esenciales tuvieron una disminución significativa en sus mediciones de presión arterial.
En Brasil, un estudio más reciente, realizado por el Mapa de Evidencias sobre la Efectividad Clínica de la Aromaterapia, con apoyo del Ministerio de Salud, también destacó varios mecanismos terapéuticos en aceites esenciales, identificando 77 fragancias con efectos positivos en el alivio del dolor, tratamiento de la ansiedad, síntomas de la menopausia, calidad del sueño, agitación en ancianos, entre otros, con pocos efectos secundarios.
El hecho es que inhalar estas fragancias a través de aceites esenciales puede provocar cambios emocionales y fisiológicos, afectando el sistema límbico y ayudando a tratar ciertas afecciones sin los efectos secundarios comunes de los medicamentos sintéticos.
No es de extrañar que la demanda esté transformando el sector, impulsando la innovación y abriendo nuevas puertas para las empresas, incluidas las de otros mercados. Esto es especialmente cierto en Brasil, que, con toda su biodiversidad, es cada vez más buscado por los fabricantes internacionales, como vimos en la última edición de FCE Cosmetique, el principal encuentro de la industria cosmética en América Latina, celebrada en junio. Más de 28 naciones, representando todos los continentes, estuvieron presentes en la feria de São Paulo, que reunió a proveedores, distribuidores y otras empresas del sector.
Este movimiento llamó la atención sobre una cadena que también beneficia a otros frentes con la misma propuesta. En el evento, notamos que las empresas que buscan fragancias tenían un mayor interés en proveedores sustentables, incluso de otros nichos, como el packaging.
Hoy en día, en general, los consumidores se preocupan por el origen de lo que consumen. Esta responsabilidad sostenible es una tendencia global que ha cobrado fuerza en el sector, impactando directamente en la relación entre las empresas y el público final.
Especialmente para aquellos que utilizan cosméticos de forma constante, es importante saber de dónde proviene dicho artículo o insumo y qué sucede con él después. “Belleza limpia” es un término utilizado por la propia industria para distinguir productos veganos, orgánicos, libres de toxinas o naturales, como por ejemplo los aceites esenciales, que no tienen la misma composición química que las esencias sintéticas.
En este escenario, con nuevos comportamientos moldeando el sector, las empresas con operaciones nacionales tienen un camino favorable y pueden aprovechar la oportunidad para consolidar su presencia en el mercado externo e interno, explorando nuevos frentes. De esta forma, el país se mantiene entre los líderes mundiales en consumo y producción de fragancias, sin comprometer la salubridad y diversidad de su portafolio.